AL-ARAF
سُورَةُ الأَعْرَافِ
Mequinense
Bismil-lahi-r Rahmani-r Rahim
(1) Alif, Lam, Mim, Sad[581]. (2) Un Kitab[582] que no se te descarga para que sientas angustia en tu pecho por su causa, sino para que adviertas con él y sea motivo de recuerdo para los creyentes. (3) Seguid, pues, lo que de vuestro Señor se descarga y no busquéis apoyo en otro que en Él. ¡Qué poco es lo que reflexionáis! (4) ¡Cuántas ciudades hemos destruido! Nuestro escarmiento les sobrevino mientras maquinaban en sus reuniones nocturnas o sesteaban. (5) Cuando les llegaba Nuestro castigo, su única súplica era decir: “¡Realmente hemos sido infames!” (6) Ten por seguro que les pediremos cuentas a aquéllos a los que enviamos Mensajeros, así como a los propios Mensajeros. (7) Les narraremos su historia con conocimiento de causa, pues no estábamos ausentes. (8) El peso de las obras ese Día será la verdad de cada uno. Así pues, aquéllos cuyas acciones tengan peso habrán salido victoriosos. (9) Mas aquéllos cuyas acciones sean fútiles se habrán perdido a sí mismos, y ello por haber tratado con iniquidad Nuestras aleyas. (10) Os hemos dado preeminencia en la Tierra y facilitado el sustento. ¡Qué poco es lo que agradecéis! (11) Os hemos producido de lo que habíamos creado antes. Luego dijimos a los malaikah: “¡Servid a Adam[583]!” Todos estuvieron de acuerdo, salvo Iblis, que no aceptó someterse. (12) Dijo: “¿Qué te impide servirle, habiéndotelo ordenado?” Iblis replicó: “Yo soy superior a él. A mí me creaste de fuego, mientras que a él lo has creado de barro.” (13) Dijo: “¡Fuera de aquí! En este lugar no cabe que seas soberbio. ¡Sal de él! A partir de ahora serás despreciado y humillado[584].” (14) Dijo: “Dame de tiempo hasta el Día que sean resucitados.” (15) Dijo: “Se te concede ese plazo.” (16) Dijo: “Ya que me has extraviado, estaré al acecho para que no entren en Tu camino de rectitud. (17) Luego les acometeré por delante y por detrás, por la derecha y por la izquierda y verás que la mayoría de ellos son ingratos.” (18) Dijo: “¡Sal de aquí vilipendiado y cortado de la rahmah de Allah! Que sepan los que de ellos te sigan que llenaré yahannam[585] con todos vosotros.” (19) Y tú, Adam, habita con tu grupo en el Jardín y comed de donde queráis, pero no os acerquéis[586] a este árbol, pues os perderíais, víctimas de vuestra rebeldía. (20) Mas el shaytan les susurró hasta que fueron conscientes de sus vergüenzas. Dijo: “La única razón de que vuestro Señor os haya prohibido este árbol es evitar que seáis malaikah o que alcancéis la inmortalidad.” (21) Y les juró: “Creedme, sólo quiero guiaros a lo que es mejor para vosotros.” (22) Les sedujo con engaños, y una vez hubieron probado del árbol, se les hicieron patentes sus partes pudendas y comenzaron a fabricarse un vestido con hojas del Jardín. Entonces su Señor les llamó: “¿No os había prohibido ese árbol y os había advertido que el shaytan era para vosotros un enemigo declarado[587]?” (23) Dijeron: “¡Señor nuestro! Nos hemos condenado a nosotros mismos por nuestra rebeldía y si no nos perdonas y tienes rahmah de nosotros, seremos de los perdidos.” (24) Dijo: “¡Salid! Seréis enemigos unos de otros. Tendréis en la Tierra un lugar para vivir y los medios necesarios para manteneros en ella por un tiempo.” (25) Dijo: “En ella viviréis, en ella moriréis y de ella se os hará salir.” (26) ¡Banu Adam! Os dimos el conocimiento de cómo haceros vestidos que cubrieran vuestras partes pudendas y os sirvieran de adorno, pero el temor es el mejor vestido que podéis tener. Esto forma parte de los signos de Allah y en ellos tienen un motivo para recapacitar[588]. (27) ¡Banu Adam! Que no os induzca el shaytan a la rebelión como ya lo hizo con vuestros padres sacándoles del Jardín y despojándoles de su vestimenta para que fueran conscientes de sus partes pudendas. Él y los de su tribu os ven desde donde vosotros no los veis[589]. Hemos hecho a los shayatin aliados de los encubridores[590]. (28) Cuando cometían una indecencia, decían: “Encontramos a nuestros padres haciendo lo mismo, y fue Allah quien nos lo ordenó.” Diles que Allah no ordena la indecencia. ¿O es que vais a decir sobre Allah lo que no sabéis? (29) Adviérteles que tu Señor ordena la justicia y que allí donde se postren Le adoren con toda la sinceridad de su corazón. Así como os originó, os hará volver[591]. (30) A unos los habrá guiado, y para otros se habrá confirmado el extravío. Ellos habían tomado a los shayatin como sus aliados en vez de a Allah, y creyeron que estaban guiados[592]. (31) ¡Banu Adam! Acicalaos y vestid vuestras mejores ropas cuando vayáis a adorar a vuestro Señor, y comed y bebed, mas no os extralimitéis en ello. Él no ama a los que derrochan. (32) Pregúntales quién ha prohibido los aspectos de belleza que Allah manifiesta en la creación para Sus siervos y las cosas buenas con las que les sustenta. Diles que todo ello pertenece a los que han creído en la vida de este mundo y les pertenecerá en exclusiva en el Día del Resurgimiento. Así clarificamos las aleyas para la gente que escudriña la creación. (33) Lo que en verdad ha prohibido tu Señor es la indecencia, tanto la manifiesta como la que se oculta; el pecado; abusar de otro sin ningún derecho; que asocien con Allah aquello sobre lo que no ha descendido ninguna autoridad y que hablen de Allah sin conocimiento alguno[593]. (34) Para cada ummah[594] hemos establecido un plazo y cuando éste les llega, no se les retrasa ni una hora ni se les adelanta. (35) “¡Banu Adam! Os llegarán Mensajeros surgidos de entre vosotros que os hablarán de Mis signos.” Quien los tome en serio y actúe con rectitud no sentirá temor ni pesadumbre. (36) En cuanto a los que desmientan Nuestras aleyas y se ensoberbezcan cuando les lleguen serán arrojados al fuego[595], en el que penarán para siempre. (37) ¿Quién es más infame que quien forja embustes contra Allah o desmiente Sus aleyas? Recibirán lo que para ellos esté escrito en el Kitab[596]. Cuando se les presenten Nuestros Enviados para llevárselos y les pregunten: “¿Dónde están los que invocabais aparte de Allah?” Responderán: “Se han escabullido de nosotros,» y reconocerán que encubrieron la verdad. (38) Dirá: “Entrad en el fuego en compañía de las umam[597] de hombres –nas– y yin que ha habido antes de vosotros.” Cada una al entrar maldecirá a su ummah gemela. Así, cuando sin interrupción hayan entrado todas en él, dirán unas de otras: “¡Señor Nuestro! Estos son los que nos extraviaron, dóblales el castigo del fuego.” Dirá: “A todos se os ha doblado el castigo, pero no sois conscientes de ello.” (39) Cada una dirá a la siguiente: “No estáis en mejor posición que nosotros. Gustad, pues, el castigo que merecéis.” (40) A los que nieguen Nuestras aleyas y se ensoberbezcan cuando les lleguen no se les abrirán las puertas del Cielo ni entrarán en el Jardín hasta que no pase el camello por el ojo de una aguja. Así es como pagamos a los nefarios. (41) En yahannam tendrán su lecho y sobre ellos colgarán gualdrapas. Así es como pagamos a los infames. (42) Mas los que crean y actúen con rectitud –y a nadie exigimos, sino en la medida de su capacidad– morarán para siempre en el Jardín. (43) Quitaremos el rencor que pudiera haber en sus pechos. Fluirán ríos por doquier. Dirán: “Alabado sea Allah que nos ha guiado hasta aquí, pues si Allah no nos hubiera guiado, nosotros jamás nos habríamos podido guiar. Los Mensajeros de nuestro Señor vinieron con la verdad.” Se les anunciará: “Este es el Jardín, merecida heredad por vuestras obras.” (44) Los que estén en el Jardín llamarán a los que estén en el fuego: “Hemos encontrado verídico todo aquello que nos había prometido nuestro Señor. ¿Habéis encontrado verídico lo que os prometió vuestro Señor?” Responderán: “Sí.” Y una voz proclamará entre ellos: “¡Que la maldición de Allah caiga sobre los infames!” (45) Esos que apartan del camino de Allah deseando que sea tortuoso y encubren la realidad de Ajirah[598]. (46) Entre ambos grupos habrá una separación[599], y sobre la parte más elevada de la separación habrá unos que la recorrerán y que reconocerán a cada uno de ellos por su semblante. Cuando llamen a la gente del Jardín, les dirán: “Paz con vosotros.” Aún no habrán entrado en él, pero ya lo desearán ardientemente. (47) Cuando éstos vuelvan la mirada a la gente del fuego, dirán: “¡Señor nuestro, no nos juntes con los infames!” (48) Los que estén en la parte más elevada de la separación llamarán a unos hombres a los que habrán reconocido por su semblante y les preguntarán: “¿Os ha servido de algo todo lo que acumulasteis y el que fuerais soberbios? (49) ¿Acaso no asegurabais que éstos no entrarían en la rahmah de Allah? ¡Entrad en el Jardín! Ya no habrá nada que os cause temor ni pesadumbre.” (50) Y suplicará la gente del fuego a la gente del Jardín: “¡Derramad sobre nosotros un poco de agua o algo con lo que Allah os provee!” Responderán: “Allah ha prohibido ambas cosas a los encubridores.” (51) Esos que tomaron el Din como su profesión y como un medio de justificar su plácida vida. Se dejaron engañar por la vida de este mundo. Hoy les hemos olvidado, como ellos olvidaron el encuentro de este Día, por haber negado Nuestros signos. (52) Hemos venido a ellos con un Kitab que clarificamos conforme a un conocimiento –guía y rahmah para la gente que cree[600]. (53) ¿Acaso están esperando que se manifieste la verdad y se hagan realidad las promesas y amenazas con las que se les advertía? El Día en que eso ocurra dirán los que se habían olvidado de él: “Realmente los Mensajeros de nuestro Señor vinieron con la verdad. ¿Hay algún intercesor que pueda interceder por nosotros o cabe la posibilidad de que podamos regresar[601] y actuar de manera distinta a como actuamos?” Se habrán perdido a sí mismos, extraviados por los embustes que forjaron. (54) Vuestro Señor es Allah, Quien ha creado los Cielos y la Tierra en seis días. Luego ha tomado el control de Su creación desde el Arsh. La noche requiere al día con premura y lo cubre. El Sol, la Luna y las estrellas obedecen sumisos Sus órdenes. ¿Acaso no es Él Quien ha creado todo cuanto existe según un inexorable plan? Bendito sea Allah, el Señor de Todos los Dominios [602]. (55) Suplicad a vuestro Señor con humildad en vuestro interior. Él no ama a los transgresores. (56) No sembréis la corrupción en la Tierra después del orden que se ha puesto en ella, e invocadle con temor y esperanza. La rahmah de Allah está cerca de los que actúan con rectitud. (57) Es Él Quien envía los vientos como buena nueva de Su rahmah. Cuando han reunido nubes bien henchidas, las transportamos hasta una tierra muerta que riegan con su agua y con ella hacemos que broten toda clase de frutos. Del mismo modo haremos salir a los muertos[603]. En eso tenéis algo para reflexionar. (58) De la buena tierra salen frutos por la voluntad de su Señor, pero la mala no da, sino tribulaciones. Así vamos organizando y clarificando las aleyas para los que son agradecidos. (59) Enviamos a Nuh[604] a su gente con la misión de advertirles: “¡Gentes de este lugar! ¡Adorad a Allah! No tenéis otro ilah[605] que Él. Temo que os llegue el castigo de un Día implacable.” (60) Dijeron los principales de entre su gente: “Te vemos en un claro extravío[606].” (61) Dijo: “¡Creedme! No hay en mí ningún extravío; antes bien, soy un Mensajero del Señor de Todos los Dominios. (62) No hago, sino transmitiros los mensajes de mi Señor y guiaros a lo que es mejor para vosotros. Yo sé por la gracia de Allah lo que vosotros no sabéis. (63) ¿Acaso os sorprende que os llegue de vuestro Señor el recordatorio a través de un hombre de entre vosotros para que toméis en serio Sus advertencias y de esta forma se os pueda tener rahmah?” (64) Mas le acusaron de mentiroso. Le salvamos a él y a cuantos con él estaban en la nave, ahogando a los que habían negado Nuestros signos. Era una gente incapaz de percibir la realidad. (65) A los Ad enviamos a su hermano Hud con la misión de advertirles: “¡Gentes de este lugar! ¡Adorad a Allah! No tenéis otro ilah que Él. ¿No vais a temer?” (66) Dijeron los principales de entre su gente, los que con más ahínco encubrían la verdad: “Todo lo que dices nos parece propio de un necio, y estamos por pensar que seas un mentiroso.” (67) Dijo: “¡Gentes de este lugar! Nada tengo de necio; antes bien, soy un Mensajero del Señor de Todos los Dominios. (68) No hago, sino transmitiros los mensajes de mi Señor. Soy la mejor referencia que podáis tener para guiaros. (69) ¿Acaso os sorprende que os llegue el recuerdo de vuestro Señor a través de un hombre de entre vosotros para que toméis en serio Sus advertencias? ¿Es que habéis olvidado cuando os hizo sucesores de la gente de Nuh y os dio una complexión y una fuerza superiores? Recordad, pues, la gracia de Allah para que salgáis victoriosos.” (70) Dijeron: “¿Has venido a nosotros con la propuesta de que adoremos a Allah y únicamente a Él y nos guardemos de adorar lo que adoraban nuestros padres? Tráenos eso con lo que nos amenazas si es verdad lo que dices[607].” (71) Dijo: “Ha de caer sobre vosotros un castigo incesante y la ira de vuestro Señor. ¿Vais a discutir conmigo sobre unos nombres que vosotros y vuestros padres os habéis inventado, y sobre los que Allah no ha descargado ninguna autoridad? Esperad a ver lo que sucede, que yo también estaré expectante.” (72) Lo salvamos a él y a cuantos con él estaban por Nuestra rahmah, exterminando a los que habían negado Nuestros signos. No eran creyentes. (73) A los Zamud enviamos a su hermano Salih con la misión de advertirles: “¡Gentes de este lugar! ¡Adorad a Allah! No tenéis otro ilah que Él. Os ha llegado una clara indicación de vuestro Señor –la camella de Allah. Dejadla que coma libremente en la tierra de Allah y no le causéis ningún daño, pues si lo hicierais, recibiríais un doloroso castigo. (74) Recordad cuando os hizo sucesores de los Ad y os dio un lugar propicio en el que pudierais estableceros[608]. Os hacéis palacios en las llanuras y excaváis casas en las montañas. Recordad las bendiciones con las que Allah os ha favorecido y no corrompáis la Tierra cometiendo maldades.” (75) Los ensoberbecidos dirigentes de su pueblo dijeron a los que habían creído y no tenían ningún poder ni influencia: “¿Acaso sabéis a ciencia cierta que Salih sea un Enviado de su Señor?” Contestaron: “Creemos firmemente en aquello con lo que ha sido enviado.” (76) Les dijeron movidos por su arrogancia: “Negamos aquello en lo que creéis.” (77) Colocaron en alto las pezuñas de la camella y le cortaron los tendones del corvejón, rebelándose así contra la orden de su Señor[609]. Dijeron: “¡Salih! Tráenos aquello con lo que nos has amenazado si es verdad que eres uno de los Enviados!” (78) Entonces les llegó el castigo[610] del Cielo y aparecieron en sus casas caídos de bruces contra el suelo –inmóviles, muertos. (79) Se alejó de ellos diciendo: “¡Gentes de este lugar! No he hecho, sino transmitiros los mensajes de mi Señor y guiaros a lo que era mejor para vosotros, pero habéis detestado que os corrigiese[611].” (80) Enviamos a Lut para que advirtiera a la gente de ese lugar: “¿Cultiváis la indecencia que nadie antes ha cometido en ninguno de los dominios? (81) ¿Satisfacéis vuestros deseos con los hombres en vez de con las mujeres? ¡Qué gran iniquidad lo que hacéis!” (82) Mas la única respuesta que obtuvo de la gente fue: “¡Echadlos de la ciudad! Les gusta la pureza[612].” (83) Lo salvamos a él y a su familia a excepción de su mujer que estaba demasiado apegada al pasado[613]. (84) E hicimos que cayera sobre ellos una lluvia torrencial[614]. ¡Mira cómo acabaron los nefarios! (85) A los Madian enviamos a su hermano Shuaib con la misión de advertirles: “¡Gentes de este lugar! ¡Adorad a Allah! No tenéis otro ilah que Él. Os ha llegado una clara indicación de vuestro Señor –dad la medida y el peso justos, y no lesionéis los derechos de la gente ni corrompáis en la Tierra después del orden que se ha puesto en ella. Esto es mejor para vosotros si sois creyentes. (86) No os apostéis en los senderos como si fuerais asaltadores ni desviéis del camino de Allah a quien cree en Él, haciéndolo tortuoso. Recordad cuando erais pocos y Él os multiplicó. Mirad cómo han acabado los corruptores. (87) Si hay un grupo de entre vosotros que cree en aquello con lo que he sido enviado y otro grupo que no cree en ello, resistid hasta que Allah juzgue entre nosotros. Él es el Mejor de los Jueces.” (88) Dijeron los ensoberbecidos dirigentes de su pueblo: “¡Shuaib! Te vamos a echar de esta ciudad a ti y a los que creen contigo, a menos que volváis a nuestra mil-lah[615].” Les respondió: “¿Aunque la detestemos? (89) Si volviéramos a vuestra mil-lah después de que Allah nos ha librado de ella, estaríamos forjando un embuste contra Él. Nunca volveremos a ella a menos que esa sea la voluntad de Allah, nuestro Señor. Abarca con Su conocimiento todas las cosas. A Allah nos encomendamos. ¡Señor nuestro! Muestra la diferencia entre nuestra creencia y la de la gente de este lugar. Nadie mejor que Tú para separar la verdad de la falsedad[616].” (90) Dijeron los principales de entre su gente, los que persistían en encubrir la verdad: “Si seguís a Shuaib, os perderéis irremisiblemente.” (91) Entonces les llegó el castigo del Cielo y aparecieron en sus casas caídos de bruces –inmóviles, muertos. (92) Parecía como si los que habían acusado de mentiroso a Shuaib nunca hubieran habitado en ellas. Los que habían acusado de mentiroso a Shuaib fueron los perdedores. (93) Se alejó de ellos diciendo: “¡Gentes de este lugar! No he hecho, sino transmitiros los mensajes de mi Señor y guiaros a lo que es mejor para vosotros. ¿Por qué habría de compadecerme de los encubridores[617]?” (94) Siempre que hemos enviado un Profeta a un pueblo, les hemos castigado primero con calamidades y penuria para que abandonaran su rebeldía. (95) Luego, donde habíamos puesto desgracia, poníamos dicha. Cuando se veían agraciados, decían: “También a nuestros padres les tocó vivir tiempos de infortunio y tiempos de prosperidad.” Nuestro castigo les llegó de súbito, sin que se dieran cuenta de ello. (96) Si estas ciudades[618] hubieran creído y hubieran tomado en serio Nuestras advertencias, les habríamos abierto las bendiciones del cielo y de la tierra. Sin embargo, encubrieron la verdad y recibieron el castigo que merecían. (97) ¿Podía acaso la gente de las ciudades sentirse a salvo de que les llegase Nuestro castigo de noche, mientras dormían? (98) ¿O de que les llegase durante el día, mientras distraídos tan sólo se ocupaban de sus negocios? (99) ¿Pensaban que estaban a salvo de que se hiciera realidad el plan de Allah? Únicamente los perdidos se sienten a salvo de él. (100) ¿Acaso no les sirve de guía a los que después de ellos han heredado sus tierras el hecho de que si quisiéramos, les afligiríamos por sus iniquidades, sellando sus corazones de forma que no pudieran entender lo que oyen? (101) Estas son las ciudades de las que te hemos contados noticias inscritas en el Ghaib[619]. Les llegaron sus Mensajeros con la clarificación. ¿Mas cómo iban a creer en la verdad que ya antes habían encubierto? Así es como Allah sella los corazones de los encubridores. (102) No encontramos en la mayoría de ellos fiel observancia de sus compromisos. No encontramos en la mayoría de ellos, sino rebeldía. (103) Luego, después de ellos, enviamos a Musa con Nuestros signos a Firaun[620] y a sus principales, pero los negaron. Mira cómo acabaron los nefarios. (104) Le dijo Musa: “¡Firaun! Soy un Mensajero del Señor de Todos los Dominios[621] (105) –veraz en cuanto que no digo de Allah, sino la verdad. He venido a vosotros con una clara indicación de vuestro Señor –enviad conmigo a los Banu Isra-il[622].” (106) Replicó Firaun: “Afirmas que has traído un signo. Muéstralo si es verdad lo que dices.” (107) Entonces arrojó su vara y ésta se convirtió en una serpiente. (108) Luego sacó la mano y he aquí que apareció sana a los que miraban. (109) Dijeron los principales de la gente de Firaun: “No hay duda de que conoce bien la magia (110) y con ella quiere sacaros de vuestra tierra. ¿Qué es, pues, lo que disponéis?” (111) Dijeron los principales a Firaun: “Retenlos a él y a su hermano, y envía reclutadores por todo el país (112) para que te traigan a los más grandes magos.” (113) Y vinieron los magos a Firaun y le dijeron: “¿Habrá recompensa para nosotros si vencemos?” (114) Contestó: “Sí, y seréis de mis íntimos.” (115) Dijeron los magos[623]: “¡Musa! Tira tú o si lo prefieres, tiraremos nosotros primero.” (116) Replicó Musa: “Tirad vosotros.” Y al arrojar hechizaron los ojos de la gente –nas– y los amedrantaron, desplegando ante ellos su poderosa magia. (117) Entonces inspiramos[624] a Musa: “¡Arroja tu vara!” Y capturó velozmente el engaño que habían fabricado. (118) De esta forma se afirmó la verdad y resultó fútil su fabricación. (119) Allí quedaron vencidos y humillados. (120) Los magos entonces se postraron ante aquella evidencia. (121) Dijeron: “Creemos en el Señor de Todos los Dominios (122) –el Señor de Musa y Harun.” (123) Les dijo Firaun: “¿Habéis creído en él antes de que os haya autorizado a ello? Ahora veo que es una artimaña que habéis tramado en la ciudad para echar de ella a su gente, pero pronto sabréis. (124) Os cortaré la mano y el pie contrarios, y luego os crucificaré a todos.” (125) Dijeron: “Inevitablemente a nuestro Señor hemos de volver. (126) Te vengas de nosotros sólo por haber creído en los signos de nuestro Señor cuando nos han llegado. ¡Señor nuestro! Danos aguante para soportar el tormento y llévanos a Ti sometidos a Tu voluntad.” (127) Dijeron los principales de entre la gente de Firaun: “¿Vas a dejar que Musa y los suyos sigan corrompiendo nuestras costumbres y renieguen de ti y de tus alihah[625]?” Respondió Firaun: “Mataremos a sus hijos y dejaremos con vida a sus mujeres, y los dominaremos con un irresistible poder.” (128) Dijo Musa a la gente que estaba a su cargo: “Buscad apoyo en Allah y resistid, pues en verdad que la Tierra es de Allah y la dará en heredad a quien Él quiera de Sus siervos. La victoria final es de los temerosos[626].” (129) Dijeron: “Hemos sufrido toda clase de aflicciones antes de que vinieras a nosotros y también después.” Replicó Musa: “Puede que vuestro Señor destruya a vuestros enemigos y haga que les sucedáis en esta tierra para de esta forma ver cómo actuáis.” (130) Castigamos a la gente de Firaun[627] con años de calamidades y empobrecimos sus cosechas para ver si recapacitaban. (131) Si les acontecía algo bueno, decían: “Eso se debe a nosotros,” pero si les afligía alguna calamidad, lo atribuían a los malos augurios que acompañaban a Musa y a los que con él estaban. ¿Pero acaso no era Allah Quien decidía su suerte? Sin embargo, la mayoría de ellos no era consciente. (132) Dijeron: “Sea cual sea el signo que nos traigas para hechizarnos con él, no te vamos a creer.” (133) Enviamos contra ellos lluvias torrenciales, plagas de langostas, piojos, ranas y sangre como signos que pudieran hacerles cambiar de actitud, pero se ensoberbecieron y fueron de los nefarios. (134) Cuando se vieron de tal manera afligidos por un castigo incesante, le dijeron: “¡Musa! Suplica a tu Señor que retire de nosotros este mal en virtud de lo que te ha prometido. Si así lo haces, creeremos en ti y dejaremos ir contigo a los Banu Isra-il,” (135) pero después de que les hubimos retirado el castigo durante el tiempo convenido, rompieron su palabra. (136) Les pagamos debidamente ahogándoles en el mar por haber negado Nuestros signos y haber sido negligentes con ellos[628]. (137) Y dimos en heredad toda esa tierra que habíamos bendecido a los que antes habían estado oprimidos. De esta forma se hizo realidad la promesa que tu Señor había hecho a los Banu Isra-il por haber resistido. Destruimos la magnificencia sobre la que Firaun y su gente habían erigido su poder. (138) Hicimos que los Banu Isra-il dejaran atrás el mar, y llegaran a un pueblo que adoraba ídolos. Dijeron: “¡Musa! Haznos un ilah como los alihah que ellos tienen.” Replicó Musa: “¡En verdad que sois gente ignorante! (139) Tened por seguro que eso a lo que se entregan les llevará a la destrucción, y vanas serán sus obras.” (140) Dijo: “¡Queréis que os busque otro ilah que Allah cuando es Él Quien os ha preferido por encima de todos los demás?” (141) Recordad cuando os salvamos de la gente de Firaun que os infligía un terrible castigo –mataba a vuestros hijos y dejaba con vida a vuestras mujeres. Eso fue una gran prueba que vuestro Señor os impuso. (142) Convinimos con Musa que pasaría treinta noches, que luego completamos con diez más, haciendo un total de cuarenta noches, el tiempo establecido por su Señor[629]. Dijo entonces Musa a su hermano Harun: “Ponte a cargo de la gente, actúa de la mejor manera y no sigas el camino de los nefarios.” (143) Cuando Musa vino a Nuestra cita y le habló su Señor, dijo: “¡Señor mío! Haz que Te pueda ver.” Le dijo: “No Me verás, pero mira a la montaña y si se mantiene firme en su lugar entonces Me verás.” Y cuando su Señor se manifestó en la montaña, quedó destruida por completo y Musa cayó fulminado. Cuando recobró el conocimiento, exclamó: “¡Perfecto eres más allá de toda contingencia! Acepta mi arrepentimiento. Soy el primero en creer[630].” (144) Dijo: “¡Musa! Te he elegido de entre los hombres –nas– para que transmitas Mis mensajes y escuches Mi palabra, así pues toma lo que te he dado y sé de los agradecidos[631].” (145) Luego inscribimos en las tablas que le dimos instrucciones y una aclaración para cada cosa –“Tómalo con fuerza, y ordena a tu pueblo que lo estudie y deduzca sus significados con la mejor disposición para ello. Os mostraré la morada de los rebeldes (convertidas hoy en ruinas). (146) Apartaré de Mis signos la visión de los que actúan con soberbia sin ningún derecho.” Aunque vean todo tipo de signos, no creen en ellos, y si ven el camino que lleva a la guía, se desvían de él, pero si ven el camino de la rebeldía, enseguida lo toman como su camino. Y ello por haber negado y haber sido negligentes con Nuestras aleyas[632]. (147) Vanas serán las obras de los que niegan Nuestras aleyas y el encuentro de Ajirah[633]. ¿Acaso recibirán otro pago que el que corresponde a su forma de actuar? (148) Después de que Musa se ausentara, cogió la gente las joyas que tenían e hicieron con ellas el cuerpo de un becerro que mugía. ¿Acaso no veían que ni les hablaba ni les guiaba al camino? Lo adoraron y grande fue su iniquidad[634]. (149) Cuando fueron conscientes del error que habían cometido y de cómo se habían extraviado, exclamaron: “Si nuestro Señor no tiene rahmah de nosotros y nos perdona, estaremos perdidos.” (150) Cuando Musa[635] regresó a su gente, airado y afligido, les dijo: “¡De qué aborrecible manera os habéis hecho cargo de los asuntos en mi ausencia! ¿Teníais prisa en que os llegara el juicio de vuestro Señor?” Arrojó las tablas y agarró por la cabeza a su hermano, arrastrándolo hacia sí. Dijo entonces Harun: “¡Hijo de mi madre! No me tomaron en consideración y a punto estuvieron de matarme. No hagas que los enemigos se alegren de mi aflicción ni me trates como a un nefario.” (151) Musa entonces suplicó[636]: “¡Señor mío! Perdónanos a mí y a mi hermano, y admítenos en Tu rahmah, pues nadie como Tú tiene misericordia y compasión.” (152) Sobre aquellos que adoraron el becerro[637] caerá la ira de su Señor y serán humillados en la vida de este mundo. Así es como pagamos a los que forjan falsedades. (153) En cuanto a los que hayan cometido maldades y luego, después de eso, se arrepientan y crean, que sepan que tu Señor es el Perdonador, el Compasivo. (154) Cuando amainó la ira de Musa, recogió las tablas en cuyo texto[638] había guía y rahmah para los que temen a su Señor. (155) Luego Musa eligió a setenta hombres de entre su gente para acudir a la cita que tenía con Nosotros. Después de que les sacudiera un temblor trepidante, suplicó Musa: “¡Señor mío! Si hubieras querido, ya los habrías aniquilado y en verdad que a mí también. ¿Nos vas a destruir por lo que han hecho unos necios? Yo veo que es una prueba con la que extravías y guías según Tu voluntad. No tenemos otro protector que Tú. Perdónanos y ten rahmah de nosotros. En verdad que no cesas nunca de perdonar. (156) Decreta para nosotros lo bueno en esta vida y en Ajirah. A Ti nos volvemos arrepentidos[639] después de haber estado en el error.” Dijo: “Aflijo con Mi castigo según Mi voluntad, pero Mi rahmah abarca todas las cosas. La decretaré para los que sean temerosos[640],” para los que paguen la zakah y crean en Nuestros signos. (157) Esos que siguen al Mensajero, el Profeta iletrado[641], al que encuentran mencionado en la Taurah y en el Inyil[642], que les ordena lo que es razonable y les prohíbe la iniquidad, les hace lícito todo lo que beneficia e ilícito todo lo que daña y los libera de la carga y de las cadenas que les aprisionaban. Por ello, los que creen en él, se aplican en sus enseñanzas, lo preservan, y siguen la luz[643] que hicimos que descendiera con él –ésos son los que saldrán victoriosos. (158) Declárales que has sido enviado a toda la gente como el Mensajero de Allah, a Quien pertenece la soberanía de los Cielos y de la Tierra. No hay ilah, sino Él. Vivifica y hace morir. Creed pues en Allah y en Su Mensajero, el Profeta iletrado, quien cree en Allah y en todo lo que ha revelado. Seguidle, pues, para que estéis guiados. (159) Entre la gente de Musa había una ummah que guiaba con la verdad y juzgaba con justicia[644]. (160) Los dividimos en doce grupos (Asbat[645]) y cada uno de ellos se hizo una ummah. E inspiramos a Musa cuando su gente le pidió de beber: “Golpea la piedra con tu vara,” y brotaron de ella doce fuentes. Todos sabían de dónde tenían que beber. Les resguardamos con la sombra de una nube, e hicimos que descendiera para ellos el manna y el salwa[646]. ¡Comed de las cosas buenas con las que os proveemos! Ninguna aflicción nos causaron. Antes bien, se afligieron a ellos mismos. (161) Se les dijo: “Habitad en esta ciudad y comed a vuestro agrado de lo que hay en ella, y decid: ¡Hit-tah[647]! Y entrad por la puerta con humildad. Perdonaremos vuestras faltas, y a los que hagan el bien les añadiremos aún más.” (162) Los nefarios, sin embargo, cambiaron las palabras que se les había ordenado decir y del Cielo les enviamos un terrible castigo por su iniquidad. (163) Pregúntales por la ciudad que se encontraba a orillas del mar. Transgredieron el sábado, siendo el sábado cuando los peces acudían y se dejaban ver, mientras que los días en los que no habían de guardar descanso no acudían. Así fue como les probamos por haberse rebelado contra lo que se les había prescrito. (164) Hubo una ummah de entre ellos que dijo: “¿Por qué aleccionáis a una gente a la que Allah va a destruir o les va a infligir un duro castigo?” Replicaron: “Para que no puedan justificarse ante vuestro Señor y para que quizás así tomen en serio las advertencias que reciben.” (165) Cuando se olvidaron de las amonestaciones que habían recibido, salvamos a quienes prohibían el mal e infligimos a los infames de entre ellos un terrible castigo en pago por su rebeldía. (166) Cuando fueron más allá de lo que se les había prohibido, les dijimos: “¡Sed monos aborrecibles[648]!” (167) Después de eso, tu Señor les auguró que hasta el Día del Resurgimiento no cesaría de enviarles a quien les infligiera los más terribles castigos. Tu Señor es rápido en castigar, ¿pero acaso no es el Perdonador, el Compasivo? (168) Los dividimos en diferentes umam en la Tierra. De entre ellas las hay que actúan con rectitud y las hay que no. Les probamos con lo bueno y con lo malo para que de esta forma pudieran retractarse y volver al camino de rectitud. (169) Tras ellos vinieron otros que heredaron el Kitab[649]. Toman lo más vil de lo que les ofrece la vida de este mundo y dicen: “Todo se nos perdonará.” Si les llega una vileza semejante, la toman también. A pesar de que estudiaban el Kitab, se desentendieron del pacto al que se habían comprometido al recibirlo de no decir sobre Allah, sino la verdad. La morada de Ajirah es mejor para los que toman en serio Nuestras advertencias. ¿Es que no van a razonar? (170) Que tengan por cierto los que aplican el Kitab y establecen la salah que no dejaremos que se pierda el merecido galardón de los que actúan con rectitud. (171) Cuando hicimos que temblara el monte por encima de ellos como si fuera un tendal, creyeron que se les venía encima. Tomad con fuerza lo que os hemos dado y recordad lo que hay en él para que seáis de los temerosos[650]. (172) Cuando tu Señor se dirigió a la descendencia de los Banu Adam e hizo que testimoniaran sobre ellos mismos[651]: “¿Acaso no soy Yo vuestro Señor?” Respondieron: “Atestiguamos que lo eres.” Y ello para que el Día del Resurgimiento no dijerais: “En verdad que desconocíamos este asunto.” (173) Ni pudierais excusaros diciendo: “Ya nuestros padres eran idólatras y nosotros fuimos sus descendientes. ¿Vas a destruirnos por lo que han hecho los falaces?” (174) De esta forma clarificamos las aleyas para que vuelvan al camino de rectitud. (175) Infórmales de aquél a quien habíamos dado Nuestros signos y se desentendió de ellos. El shaytan entonces fue tras él y le sedujo. (176) De haber sido esa Nuestra voluntad, le habríamos elevado con ellos, pero él prefirió la Tierra y seguir sus deseos. Es como el perro, que si lo ahuyentas jadea y si lo dejas también jadea. Así son los que niegan la verdad de Nuestros signos[652]. Mas sigue contándoles estos relatos para ver si reflexionan. (177) ¡Qué mal ejemplo el de los que niegan la verdad de Nuestras aleyas y se dañan a sí mismos! (178) Están guiados aquellos a los que Allah guía. Los perdedores son aquellos a los que Él extravía[653]. (179) Hemos creado para yahannam multitud de yin y de hombres. Tienen corazones con los que no comprenden[654], ojos con los que no perciben y oídos con los que no entienden lo que oyen. Son como animales de rebaño o aún más extraviados. Esos son los negligentes. (180) De Allah son los nombres más hermosos[655]. Así pues, suplicadle con ellos y dejad a quienes los profanan. Les pagaremos por ello debidamente. (181) Entre los que hemos creado hay una ummah que guía con la verdad y en base a ella juzga con justicia. (182) A los que renieguen de Nuestras aleyas los llevaremos gradualmente a la ruina por donde no se den cuenta. (183) “Les dejaré aún por un tiempo, pero al final se impondrá Mi inexorable plan.”[656] (184) ¿Es que no van a reflexionar? No hay locura alguna en su compañero. No es, sino un irrefutable advertidor. (185) ¿Acaso no contemplan el universo y todo lo que Allah ha creado, y no caen en la cuenta de que su plazo pueda estar próximo a cumplirse? ¿Es qué habrá después de éste otro relato en el que merezca la pena creer? (186) No hay guía para quien Allah extravía. Les hace vagar errantes como si estuvieran ciegos. (187) Te preguntan sobre la Hora, sobre cuándo llegará. Infórmales que sólo tu Señor lo sabe, y nadie más conoce el tiempo en el que se manifestará. Tener ese conocimiento sería demasiado pesado para los que están en el Cielo y en la Tierra. Os llegará de improviso. Te preguntan como si estuvieras bien informado de ella. Adviérteles que su conocimiento pertenece en exclusiva a Allah, pero la mayoría de los hombres no es consciente de ello. (188) Aclárales que no tienes más poder de beneficiarte o de perjudicarte a ti mismo que el que Allah quiera darte. Si conocieras el Ghaib[657], habrías tomado de él mucho bien y ningún mal te habría afligido, pero no eres, sino un advertidor y un anunciador de buenas nuevas a los creyentes. (189) Es Él Quien os creó de una sola nafs, y produjo de ella su pareja, en la que apaciguar su deseo[658]. Y cuando yacen juntos, y queda preñada de una carga ligera con la que continua hasta que se hace pesada, entonces ambos suplican a Allah, su Señor: “Si nos das un hijo rectamente guiado, sabremos agradecértelo.” (190) Mas cuando les concede un hijo rectamente guiado, atribuyen a otras entidades la gracia que han recibido y a ellas agradecen. ¡Lejos está Allah en Su perfección de aquello con lo que Le asocian! (191) ¿Acaso Le igualan con aquéllos que no han creado nada, sino que, antes bien, ellos mismos han sido creados? (192) No pueden apoyarse en ellos ni ellos pueden apoyarse en sí mismos. (193) Si les llamáis a la guía, no os seguirán. Lo mismo da que les llaméis o que os desentendáis de ellos. (194) Tened en cuenta que aquéllos a los que invocáis en vez de a Allah son siervos como vosotros. Si sois sinceros, decid si os responden cuando los invocáis[659]. (195) ¿Tienen acaso piernas con las que andan? ¿O manos de las que pueden hacer uso? ¿O tienen ojos con los que ven? ¿U oídos con los que oyen? Diles que llamen a sus protectores y que luego tramen contra ti lo que quieran sin más demora. (196) Sabed que mi protector es Allah, Quien hace descargar el Kitab[660] y protege a los que actúan con rectitud. (197) No tenéis apoyo en ésos a los que invocáis en vez de a Él ni ellos pueden apoyarse a sí mismos.” (198) Si los llamáis a la guía, no escuchan. Ves que te miran, pero no perciben. (199) Muéstrate indulgente, ordena lo que beneficia y apártate de los ignorantes[661]. (200) Si el shaytan te incita al mal y a la discordia, busca la protección de Allah. Él está atento a todo cuanto acontece en Su creación, y actúa según Su conocimiento. (201) Cuando el shaytan incita a los temerosos con sugestiones maléficas, éstos recuerdan y el recuerdo les hace percibir la realidad. (202) En cuanto a sus hermanos, les hacen continuar en el extravío y en él persisten. (203) Cuando no les traes ninguna aleya, dicen: “¿Por qué no te inventas una?” Respóndeles que sólo sigues lo que se te inspira de tu Señor. Lo que les transmites no son, sino clarificaciones que vienen de su Señor –guía y rahmah para los creyentes. (204) Cuando se recite el Qur-an, escuchad y guardad silencio para que se os tenga rahmah. (205) Recuerda a tu Señor en tu interior con humildad y temor, sin subir la voz, al comenzar y al terminar el día. No seas de los negligentes[662]. (206) A los que están junto a tu Señor la soberbia no les impide adorarle. Reconocen Su perfección más allá de toda contingencia, y ante Él se postran.
Notas
[581] Ver artículo IV.
[582] Ver artículo XIV y esquema 19.
[583] El término sayada سَجَدَ significa –postrarse, pero también doblegarse, estar bajo el mando, ejercer un cargo, servir a otro. No parece adecuado utilizar aquí el significado “postrarse” cuando se trata de un ser humano, Adam, y sólo Allah es digno de ser adorado. Allah el Altísimo ordena a los malaikah que le sirvan y protejan a él y a sus descendientes hasta que la humanidad sea capaz de valerse por sí misma después de haber recibido durante milenios las enseñanzas y la guía proféticas. Ver artículo XVII.
[584] Ver artículos III y XXII.
[585] Ver referencia F17.
[586] Allah el altísimo no le dice a Adam que no coma de ese árbol, sino que no se acerque, ya que acercarse a lo prohibido significa perder la fuerza de voluntad para resistir a la tentación. Este hecho es muy importante a la hora de entender la diferencia entre la Ley y la mil-lah. La Ley prohíbe comer del árbol, pero la mil-lah va más allá y nos prohíbe incluso acercarnos. De esta forma vemos que la Ley delimita el terreno en el que nos podemos mover, mientras que la mil-lah delimita el terreno por el que es seguro moverse. Ver artículo XI.
[587] Ver artículos III, XVII, XIX y XXII; apéndice J; cuadro C3 y esquemas 2 y 8 con textos.
[588] Ver artículo III.
[589] Ver artículo XXI e Info 2.
[590] Ver artículo XII y cuadro C3.
[591] Ver artículo IV, V, VII y XVII.
[592] Ver artículo XII y cuadro C3.
[593] Ver apéndice E.
[594] Ver Info 22.
[595] Ver referencia F17.
[596] Ver artículo XIV y esquema 19.
[597] Umam أُمَم, plural de ummah أُمَّة.
[598] Ver apéndice Q.
[599] En toda esta página el protagonista es Ajirah. Se nos informa de que habrá una separación hiyab حِجَابٌ entre la gente destinada a yahannam y los que entrarán en el Jardín. Aunque desconocemos cuál pueda ser su naturaleza, será una barrera infranqueable. Esta separación tiene un cierto espesor, ya que en su parte superior hay entidades que la recorren –al-‘araf الأَعْرَافِ, término que deriva del verbo ‘arafa عَرَفَ, y es la forma plural de ‘uruf عُرُف, que significa –parte elevada de un terreno, muro interpuesto entre el Paraíso y el fuego, y también la parte más elevada de ese muro. La siguiente información que nos llega es que en esa parte superior del muro, de la separación, hay entidades que la recorren. El término con el que se las menciona es riyal رِجالٌ, plural de rayul رَجُل, que significa –hombres, quien anda sobre dos piernas, ya que el término para pierna es riyl رِجْل, que deriva del mismo verbo, rayala رَجَلَ, que rayul رَجُل. Los comentaristas del Qur-an interpretan que esas entidades que caminan, que andan con dos piernas, pueden ser hombres cuyas acciones no logran inclinar la balanza hacia el Jardín ni hacia el fuego. Otros dicen que se está haciendo referencia a los Profetas y otros a los malaikah. Las dos primeras opciones quedan descartadas por el propio Qur-an, ya que ni los hombres comunes ni los profetas conocen a toda la humanidad ni saben con certeza quiénes irán al Jardín y quiénes al fuego. Sin embargo, los malaikah sí los conocen, malaikah específicos, cuya tarea es asegurarse de que toda la gente del Jardín esté en el lado correcto de la separación, y lo mismo la gente del fuego. En esta misma aleya se dice que estas entidades, estos malaikah, conocen a los hombres, a todos, a los del Jardín y a los del fuego, por su semblante يَعْرِفُونَ كُلاًّ بِسِيمَاهُمْ –hay en todos ellos algo, una marca, un signo, invisible, que los malaikah sí ven. En la sura 55 – ar Rahman se utiliza este mismo término:
(41) Se reconocerá a los nefarios por su semblante (sima سِيما)
Sura 55 – ar Rahman
Estos malaikah tienen forma humana y andan sobre dos piernas –son, pues, riyal رِجال. Es el momento de la separación y de la espera. Es el último recuento. Saludan a la gente del Jardín: وَنَادَوْا أَصْحَابَ الْجَنَّةِ أَن سَلامٌ عَلَيْكُمْ لَمْ يَدْخُلُوهَا وَهُمْ يَطْمَعُونَ – Cuando llamen a la gente del Jardín, les dirán: “Paz con vosotros.” Aún no habrán entrado en él, pero ya lo desearán ardientemente. Todavía no han entrado en el Jardín, pero ya saben que esa será su morada. A pesar de ello, es un momento crítico y aun temen que algo pueda ir mal. Por ello, suplican a su Señor: رَبَّنَا لاَ تَجْعَلْنَا مَعَ الْقَوْمِ الظَّالِمِينَ – “¡Señor nuestro, no nos juntes con los infames!” Después de eso, los malaikah se dirigirán a la gente del fuego, a los que están en la otra parte de la separación, a quienes también reconocerán por las marcas o signos estampados en su semblante بِسِيمَاهُمْ, y les dirán: وَنَادَى أَصْحَابُ الأَعْرَافِ رِجَالاً يَعْرِفُونَهُمْ بِسِيمَاهُمْ قَالُواْ مَا أَغْنَى عَنكُمْ جَمْعُكُمْ وَمَا كُنتُمْ تَسْتَكْبِرُونَ – “¿Os ha servido de algo todo lo que acumulasteis y el que fuerais soberbios?” También es tiempo de que los nefarios vean su error de apreciación con respecto a los creyentes. En dunia pensaban que muchos de los que ahora van a entrar en el Jardín serían pasto del fuego –pobres, sin relevancia social, política o científica; gente vulgar, enferma… Sin embargo, los malaikah que hablan con ellos se lo echan en cara: أَهَؤُلاء الَّذِينَ أَقْسَمْتُمْ لاَ يَنَالُهُمُ اللَّهُ بِرَحْمَةٍ – ¿Acaso no asegurabais que éstos no entrarían en la rahmah de Allah? ¡Cuán equivocados estaban? ادْخُلُواْ الْجَنَّةَ لاَ خَوْفٌ عَلَيْكُمْ وَلاَ أَنتُمْ تَحْزَنُونَ – ¡Entrad en el Jardín! Ya no habrá nada que os cause temor ni pesadumbre.”
En la aleya 50 nos encontramos con la secuencia posterior a la espera –ya han entrado unos en el Jardín y otros en el fuego. Sin embargo, todavía hay comunicación entre ambos dominios: وَنَادَى أَصْحَابُ النَّارِ أَصْحَابَ الْجَنَّةِ أَنْ أَفِيضُواْ عَلَيْنَا مِنَ الْمَاء أَوْ مِمَّا رَزَقَكُمُ اللَّهُ قَالُواْ إِنَّ اللَّهَ حَرَّمَهُمَا عَلَى الْكَافِرِينَ – Y suplicará la gente del fuego a la gente del Jardín: “¡Derramad sobre nosotros un poco de agua o algo con lo que Allah os provee!” Responderán: “Allah ha prohibido ambas cosas a los encubridores.”
El Juicio ha terminado y cada uno ha recibido lo que se le había prometido. Nadie ha sido tratado injustamente. Allah el Altísimo nos regala con estas y otras aleyas parte de la geografía de Ajirah para que tomemos en serio Sus advertencias, para que entendamos cuán terrible y cuán maravilloso podrá ser ese Día –de nosotros depende. Ver apéndice K.
[600] “La gente que cree” son aquellos que tienen iman en su corazón aunque esté soterrado o desviado por la ignorancia y el encubrimiento de su tiempo en general o de su familia y de su medio en particular. Mas cuando llega la profecía y se revelan las aleyas clarificadoras procedentes del Kitab, este iman reconoce que son la verdad y comienza a purificarse y a reafirmarse, aflorando, finalmente, a la superficie. Por ello dice Allah el Altísimo: Allah es el Protector de los creyentes; los saca de las tinieblas y los lleva a la luz. (2:257) Incluso en las tinieblas son creyentes. Viven en medio de la ignorancia y de la confusión de su tiempo, pero el iman sigue latiendo en sus corazones. Allah el Altísimo, por Su Misericordia, los saca de ese estado de oscuridad y los lleva a la luz que les guía al Camino de rectitud.
[601] Ver Info 16.
[602] Ver artículo XXI e Info 2.
[603] Ver artículo XVII.
[604] Ver artículo XXII y esquemas 20 y 23.
[605] Ver Info 14.
[606] Ver apéndice O.
[607] Ver referencia F18.
[608] Ver artículo XX y esquemas 20 y 23.
[609] De esta forma, la camella quedó inmovilizada, incapaz de andar y de beber. Justo lo contrario de lo que su Señor les había ordenado que hicieran –que dejaran libre a Su camella para que esta pudiera moverse e ir a los abrevaderos.
[610] Ver Info 15.
[611] La aleya 79 se puede interpretar de dos formas. Según la primera interpretación el Profeta Salih habría pronunciado estas palabras después de la actitud de rechazo de su pueblo reflejada en la aleya 77 y después habría tenido lugar el temblor al que se hace referencia en la aleya 78. Según la segunda interpretación, Salih se habría salvado del terremoto junto con los creyentes que había con él y sus palabras van dirigidas a él mismo. Es como si hablase en voz alta recordando las advertencias con las que había amonestado a su gente. Estas aleyas están conectadas con las aleyas 64 y 65 de la sura 11 – Hud.
[612] Ver Info 7.
[613] Ver artículo XX.
[614] Esta aleya corrobora nuestra traducción de las aleyas 82 y 83 de la sura 11 – Hud, ya que el castigo que sufrieron las ciudades o aldeas donde vivía Lut, fue una lluvia torrencial. En la aleya 82 de la sura 11, que hemos mencionado, se nos informa que esa lluvia era de terrones de arcilla seca siyyil سِجِّيل, y en términos parecidos se habla de este suceso en la aleya 33 de la sura 51 – al Dhariyat, piedras de barro o arcilla hiyarat min tin حِجارَةً من طِين, así como en la aleya 4 de la sura
105 – al Fil, de arcilla min siyyil من سِجِّيل. Vemos, pues, claramente, que en todas las aleyas del Qur-an en las que se utiliza el término siyyil se hace referencia a piedras de arcilla seca arrojadas no por las nubes, sino por los malaikah, por malaikah voladores.Ver Info 15.
[615] Ver artículo XI.
[616] Ver cuadro C5.
[617] Esta aleya se puede interpretar de dos formas. Según la primera interpretación el Profeta Shuaib habría pronunciado estas palabras después de la actitud de rechazo de su pueblo reflejada en las aleyas anteriores y después habría tenido lugar su destrucción. Según la segunda interpretación, Shuaib se habría salvado junto con los creyentes que hubiera con él y sus palabras irían dirigidas a él mismo. Es como si hablase en voz alta recordando las advertencias con las que había amonestado a su gente.
[618] Allah el Altísimo nos ha relatado en las aleyas anteriores el rechazo que sufrieron Sus Profetas (Nuh, Hud, Salih, Lut y Shuaib) cuando llegaron a su gente con las advertencias de su Señor y con el Tawhid. Uno a uno estos pueblos fueron destruidos por su iniquidad y su encubrimiento. En la Aleyas 96 el Misericordioso nos invita a recapacitar sobre cómo la desobediencia y la rebeldía no traen sino desgracia y perdición. En las aleyas 97, 98 y 99 hay un sentido particular referido a estos pueblos y de cómo su arrogancia les hizo suponer que estaban a salvo de la ira y del castigo de Allah; y de la misma forma, hay un sentido general, una advertencia a todas las naciones; esta idea queda reforzada en la aleya 100.
[619] Ver Info 5 y artículo XX.
[620] Ver artículo XX e Info 24.
[621] Ver Info 2 y artículo XXI.
[622] Ver artículo XX y esquemas 20 y 23.
[623] Ver artículo II.
[624] A Musa se le dice que tire su vara en tres ocasiones. La primera de ellas cuando se le da la profecía y se le dice que vaya a Firaun con dos signos. La segunda cuando está frente a Firaun y sus principales. La tercera cuando compite con los magos que ha reclutado Firaun. En esta ocasión Musa no sabe qué hacer, pues es una situación imprevista. Yibril le ordenó que fuera a Firaun y le mostrase el signo de la vara y el signo de la mano. Sin embargo, ante él sólo tira la vara –este signo es suficiente para que Firaun empiece a tomar en serio a Musa. En cuanto a la competición con los magos, es algo que no se le había dicho que ocurriría y Musa no sabe qué hacer. Cuando los magos tiran sus palos y cuerdas y estos se convierten en serpientes, Musa es presa del pánico, pues esos magos hacen lo mismo que él –convierten sus palos en serpientes. Por ello, necesita que se le inspire, que se le confirme que tire también él su vara.
[625] Alihah آلِهاة es el plural de ilah إله, e ilahat إلاهات es su femenino plural.
[626] Ver artículo XX.
[627] Ver Info 24.
[628] Ver artículo XX.
[629] El narrador nos relata este suceso y menciona a Allah el Altísimo en tercera persona del singular. Ver artículos III y XXII.
[630] Ver artículo XXII.
[631] Ver artículo XXII.
[632] Es decir, el hecho de “haber rechazado Nuestros signos” y “haber sido negligentes con Nuestras aleyas” ha hecho que no les permita guiarse. Ver artículo XIII.
[633] Ver apéndice Q.
[634] Ver Info 20.
[635] Ver artículo XX y esquemas 20 y 23.
[636] Ver Info 3.
[637] Ver Info 20.
[638] El término utilizado aquí es nusjatiha نُسْخَتِها, que deriva del verbo nasaja نَسَخَ y significa –copia, transcripción del original. No existen otros significados, ya que el verbo nasaja significa –abrogar, anular, cambiar, transformar, substituir. Veamos el posible escenario en el que pudo haberse desarrollado la escena que describe el término musjatiha. Musa, llevado por la ira, arroja las tablas. Más tarde, una vez que se fue apaciguando su ánimo, recoge las tablas, pero éstas han quedado deterioradas o incluso rotas, rajadas o astilladas. Por lo tanto, necesita otras en las que escribir de nuevo el texto original de forma clara. Quizás fuera el propio Musa, ayudado por su hermano Harun, quien se encargase de esta tarea, o quizás fueran los malaikah, los que inscribieron el texto original en las tablas originales. El tiempo que se describe en la aleya de recoger las tablas y el de tener una copia de ellas es, obviamente, distinto –Musa arroja las tablas, después las recoge y al cabo de un tiempo hace una copia de las mismas.
Por otra parte, el hecho de que al término nusjah نُسْخة vaya adosado el posesivo ha هى, indica que se hace referencia a “de ella”, “su copia de ella”. Ver apéndice C y artículo XX.
[639] El término aquí utilizado es la forma verbal hudna هُدْنا. Ver Info 18.
[640] Es una interpolación de un discurso de Allah el Altísimo. Ver artículo III y XXII.
[641] La palabra ummiyyun أُمِّيّ que tradicionalmente se traduce por “iletrado” o incluso algunos le han dado el significado de analfabeto, se refiere a no ser académico, a no involucrarse en estudios inútiles y a no intentar destripar el sistema operativo del universo.
Narrado de Said bin Amr bin Said bin Abi al-As que escuchó a Ibn ‘Umar decir: “el Profeta (s.a.s) dijo: ‘En verdad que mi ummah es iletrada (no académica), no calculamos ni anotamos, y el mes es así y así y así.’ Y cuando lo dijo la tercera vez dejó el pulgar pegado a la palma de la mano (sin subirlo como los otros nueve dedos). ‘Y el mes es así y así y así.’ Haciendo un total de treinta.” (Sunan an-Nasai, libro del ayuno, 2143).
Hay una gran sabiduría en observar el cielo y en calcular los meses y el comienzo y el final de Ramadhan siguiendo las fases de la luna. Hay una gran sabiduría en utilizar el miswak para cepillarse los dientes, en sentarse en el suelo y en llevar una vida sencilla regida por lo que es natural y propio del ser humano; y ese es el sentido de ummiyyun, de iletrado.
Por otra parte, el término ummiyyun أُمِّيِّن deriva de um أُمmadre, y significa –los que siguen la forma natural de vida, la fitrah. No escriben, pues sus transmisiones son orales. No hay una cultura artificial que se superponga y anule a la fitrah. También se hace referencia con este término a los idólatras árabes que habían perdido el Din de Allah transmitido por Ismail y sus descendientes. Ver artículo X y XIV.
[642] Ver referencias F14 y F15.
[643] Hay disparidad de opiniones en cuanto a quién se refiere el pronombre personal “él” هُوَ, ya que algunos piensan que se refiere al Profeta (s.a.s) y otros a Allah. No obstante, ambas interpretaciones generan dudas. La clave está en la expresión: y siguen la luz que hicimos que descendiera con él وَاتَّبَعُوا النُّرَ الَّذِى أُنزِلَ مَعَهُ. Por lo tanto, la luz y él descendieron juntos, ya que no se dice que la luz descendió sobre él alaihi عَلَيهِ o a él ilaihi إلَيهِ. Ello nos está indicando que el pronombre “él” hace referencia al Qur-an, pues con él descendió una luz, una clarificación y, por lo tanto, los creyentes deben creer en él, seguir sus enseñanzas y protegerlo de cualquier tipo de manipulación o alteración.
[644] El sentido de esta aleya va conectado con la siguiente, con la 160. Ver artículo XX y esquemas 20 y 23.
[645] Ver artículo XX.
[646] Ver Info 17.
[647] El verbo hat-ta حَطَّ significa bajar algo de un lugar más alto, como en la frase حَطَّ الأَحْمالَ الدَّواب bajó la carga que llevaban encima los animales. De este mismo verbo deriva el término hit-tatun حِطَّةٌ, que significa pedir que se libere a alguien de la pesada carga que lleva, especialmente de la carga del pecado. También puede significar pedir perdón. Ver artículo XX y esquemas 20 y 23.
[648] Ver apéndice J.
[649] Ver artículos XIV y XX y esquemas 20 y 23.
[650] Ver Info 9.
[651] Ver artículo XVII.
[652] Ver cuadro C6.
[653] Ver artículo XIII.
[654] Ver Infos 11 y 16 y artículo XIII.
[655] Ver artículo XV.
[656] De nuevo, una interpolación del discurso de Allah el Altísimo en estilo directo dentro del texto general. Ver artículos III y XXII.
[657] Ver Info 5.
[658] Aquí acaba la primera información que recibimos de la aleya con la que se nos da cuenta de cómo fuimos creados –a partir de una sola nafs. En la segunda parte de la aleya se habla en general de la descendencia y de cómo suplicamos a Allah que nos dé hijos justos y buenos, pero cuando nos los da, asociamos ese bien a otros poderes y a ellos agradecemos en vez de a Allah. Ver artículos IV, V y XVII.
[659] Ver artículo XIX y esquemas 2 y 8 y textos.
[660] Ver artículo XIV y esquema 19.
[661] Ver Info 21.
[662] Ver Info 21.